“La velocidad de siembra y la precisión han sido excelentes”, afirma Ed Goadby, de D Goadby & Sons, Manor Farm, Ansley. “Por eso, después de que la primera cubriera unas 2.000 hectáreas en tres años, optamos por un modelo idéntico comprado a TH White”.
“Me gusta mucho el abonador integrado y, al ser una máquina suspendida de seis filas con un chasis telescópico hidráulicamente, se adapta bien a campos más pequeños, caminos estrechos y la potencia disponible del tractor”, afirma.
Aunque Ed reconoce que probablemente debería plantearse una máquina remolcada de ocho filas, le gusta el carácter compacto de la sembradora suspendida Kverneland Optima V y su capacidad para trabajar fácilmente en las esquinas del campo.
“No quiero una tolva delantera para el abono, por lo que este equipo es bastante compacto, a la vez que rápido y eficaz, independientemente de las condiciones”, afirma. “Los neumáticos de flotación se instalan cuando las condiciones no son favorables, lo que reduce el riesgo de compactación”.
Lo que antes era una carga de trabajo de 445 hectáreas para el contratista de Warwickshire, más 140 hectáreas sembradas en casa, ahora se ha ampliado a unas 800 hectáreas de siembra de maíz.
“Es mucho trabajo para una sembradora de seis hileras”, afirma Ed. “Así que compramos nuestra sembradora Kverneland Optima V original a TH White para compensar el trabajo adicional. Ha duplicado efectivamente nuestro potencial de producción y podemos sembrar cómodamente 68 hectáreas al día”.
“Ahora es mucho más fácil satisfacer la demanda de los nuevos clientes y nunca tardamos más de 24 horas desde que recibimos una solicitud de siembra hasta que comenzamos el trabajo”.
Afirma que disponer de dos sembradoras suspendidas de seis hileras alivia la presión durante el intenso periodo de siembra del maíz. El modelo más antiguo se utiliza principalmente como respaldo, y su padre Jonathan interviene cuando es necesario con su New Holland T6.180.
"Este año he sembrado casi 610 hectáreas con la nueva sembradora Kverneland Optima V, mientras que mi padre ha sembrado unas 200 hectáreas, lo que no está nada mal para una máquina de reserva”, afirma.
“Y cuando hemos utilizado ambas en el mismo campo, compartiendo una línea A-B, no se nota la diferencia. La profundidad y la presión de siembra son fáciles de ajustar y muy eficaces”.
Las velocidades de avance son de entre 12 y 14 km/h, aunque Ed afirma que, al haber aumentado la potencia del tractor con un New Holland T7.225 este año, hay más capacidad de reserva, especialmente en terrenos inclinados.
“Ahora tengo mucha potencia, en lugar de tener que trabajar duro todo el tiempo con mi viejo T6.180”, afirma.
“Tiene mejor sistema hidráulico para la turbina y todo funciona con mayor facilidad, con velocidades de avance constantes en las parcelas más empinadas. Ni la sembradora ni el tractor son factores limitantes para garantizar que el maíz se siembre de forma rápida y precisa en cualquier condición”.
Con el accionamiento eléctrico de dosificación de semillas y el control automático de secciones GECONTROL, que se maneja a través de RTK mediante un terminal Tellus GO en la cabina, Ed afirma que la tecnología es muy sencilla y, además, muy fácil de usar como resultado de la conectividad “plug-and-play” ISOBUS.
“La singularización de semillas es excelente, y normalmente sembramos hileras de 75 cm con 45.000 semillas y 125 kg de abono por hectárea”, añade.
“Y con AutoCommand, mi T7 funciona a unas 1.300-1.400 rpm, por lo que también estamos ahorrando combustible”.
“Para nosotros, contar con dos sembradoras neumáticas Kverneland Optima V de seis hileras es actualmente la mejor solución para nuestra carga de trabajo de siembra de maíz”, afirma Ed.
“Tenemos rendimiento y precisión, sin necesidad de gastar más en una sembradora de maíz más grande y pesada”.
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