«Nuestro arado Kverneland de cinco surcos hace un gran trabajo, pero tener un robusto rastrojero Kverneland Enduro Pro que puede trabajar de 5 a 15 centímetros de profundidad ha aportado flexibilidad a nuestros procesos», explica Russell Abbiss. «Tenemos algunos campos con pendientes empinadas y, si aplicamos purín sobre los rastrojos de maíz, por ejemplo, la capacidad de incorporar líquido rápida y fácilmente en las seis pulgadas superiores significa que podemos evitar la escorrentía y maximizar el uso de nutrientes».
La explotación familiar de 400 acres (162 hectáreas) incluye una ganadería de 300 vacas de ordeño con un promedio de 10.500 litros, junto con 180 acres (73 hectáreas) de maíz y 80 acres (32 hectáreas) de cereales. Los tipos de suelo van desde margas medias a pesadas sobre arcilla, y la llegada del rastrojero Kverneland Enduro Pro, junto con la sembradora Kverneland para establecer praderas de corta duración de ray-grass (ballico) de Westerwold, ha ayudado a reducir los costes de establecimiento de los cultivos.
«El Kverneland Enduro Pro ofrece un enfoque flexible de una sola pasada a la hora de establecer praderas de hierba a poca profundidad», afirma. «Los discos niveladores traseros y el rodillo de consolidación proporcionan el acabado de alta calidad que necesitamos, y con las puntas básicas de 50 mm, además de la opción de puntas más anchas que consiguen mayor movimiento del suelo, ahora tenemos una solución muy flexible».
Equipado con 10 brazos Tri-flex 700 Kverneland, el rastrojero Kverneland Enduro Pro trabaja a 10-12 km/h con el tractor MF 7S.180 de la explotación.
«Tenemos algunas piedras por aquí, así que tener brazos protegidos por ballestas en el cultivador Kverneland Enduro Pro ha sido una gran ventaja», añade Russell. «En general, el Kverneland Enduro Pro es un equipo muy útil y una alternativa viable a nuestro arado Kverneland».