Kverneland Cuerpo HD-II

El cuerpo Optima HD-II es el elemento de siembra universal para cualquier terreno, trabajado, acolchado, mínimo laboreo y directo (con tempero). Se puede instalar en todos los chasis Kverneland. Permite la siembra incluso sobre rastrojo abundante.

Control óptimo de la profundidad  
El considerable peso básico del cuerpo de siembra Kverneland HD-II, y a la posibilidad de añadir una presión adicional de hasta 100 kg en cada uno de forma individual, garantiza un control óptimo de la profundidad incluso en condiciones extremas. Para un seguimiento eficaz del contorno del suelo, las ruedas de radios abiertos (Ø410mm, anchura 120mm) realizan el palpado.

Colocación precisa de las semillas para una mejor emergencia en el campo  
Cada cuerpo de siembra Kverneland HD-II destaca por la colocación precisa de las semillas. Una pequeña reja forma un surco limpio en el fondo de la hilera de siembra para colocar la semilla con precisión y en contacto con tierra fina. La rueda intermedia (como opción: acero inoxidable) y las ruedas traseras en V multirregulable realizan una ligera re consolidación del suelo y cubren las semillas para garantizar la máxima emergencia en el campo.

Universal para todo tipo de semillas  
El núcleo de siembra de cada cuerpo de precisión Kverneland HD-II garantiza una selección individual de las semillas (singularización) precisa de semillas pequeñas, grandes, redondas, alargadas y planas. Los rascadores pueden ajustarse infinitamente para adaptarse al tamaño y tipo de semilla. Durante la calibración se puede controlar el correcto llenado del disco de siembra a través de una ventanilla de alta visibilidad.

El núcleo de siembra patentado por Kverneland reduce los costes de mantenimiento al mínimo.

Sin fricción, sin desgaste, con un bajo par de accionamiento y un mantenimiento mínimo: El disco de siembra gira solidario con el núcleo de siembra junto con la cámara de vacío. Este tambor de siembra está conectado a la turbina de vacío a través de un eje hueco con rodamiento.

Este principio de núcleo de siembra hace que no haya pérdida de vacío y, por lo tanto, que la necesidad de vacío sea menor.